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viernes, 7 de octubre de 2011

Prisionero


Cierras la puerta,
y no lo puedes evitar.
Sigues ahí detrás...
porque esto te gusta.
Y si te equivocas,
te aferras aún más.

Le temes a mis latidos,
pero morirías
sin mi corazón,
sin su sonido.

Porque si yo no estoy,
te devora el silencio.
Tus noches son eternas,
te consume la soledad,
olvidas la manera de amar.


Y lo sé...
a veces me odias
cuando sabes que volverás,
porque junto a mí
es tu lugar.








Texto: Andrés Miles © All rights reserved

6 comentarios:

Frannao dijo...

Hacía tiempo que no pasaba por estos lugar y por lo que veo sigues escribiendo como siempre (o mejor). Me ha encantado cari. Un fuerte besazo

Pimpf dijo...

Es muy malo malísimo enamorarse, se genera una dependencia hacia la otra persona brutal, esté o no.

Bicos Ricos

Cris dijo...

mmm... Cuánta confianza... Me gusta!

cupcake dijo...

pff es más bello aún cuando te idéntificas con las letras :) I love my human robot! <3

Unknown dijo...

da miedo enfrentarse a la dependencia



mucho miedo

◊ dissident ◊ dijo...

Cuando se crea una relación de dependencia de ese estilo, el que depende muere con cada segundo que pasa a más de 5 metros del ser idolatrado y el que es causa de ello, si lo sabe, tiene en sus manos todo el poder.

Las relaciones de ese tipo son feas.

Un abrazo