Peces en el Aire

!Peces en el aire! y los vi volar, volar...

Escribí este texto hace un tiempo atrás y lo rescatare de 

¡Uff! Peces en el aire… y los vi volar, volar.

Escribí este texto hace un tiempo, en ese viejo blog donde solía dibujar con letras, retorciendo palabras entre mentiras y verdades, entre amor y —debo admitirlo— rencor.

Hoy lo rescato porque representa con claridad el modo en que quiero recomenzar. Quizás ya sea hora de dejar de ser un niño, de soltar tanto lo malo como lo bueno.

Pero mi renacer no es un cambio, es una elección: volver a ser yo mismo, aunque esta vez sin ciertas experiencias que prefiero guardar.

Las tomo, las reconozco, y las dejo atrás… encerradas en un frasquito congelado, por si algún día vuelven a buscarme.

Así que gracias por lo que fue, y por todo lo que vendrá.

Espero que esta nueva blogosfera sea del agrado de quienes me visitan.

¡Bendiciones para todos! Y desde ya, gracias por sus comentarios.

Límpiate de todo lo malo, aunque la gente te llame “loco” por hablar con el mar y contarle todo lo que en secreto has guardado. No olvides respirar. Déjalo atrás, junto a esas heridas extrañas que mantienen tus manos atadas.

Y si vuelven a llamarte loco, no pierdas la costumbre, porque en el silencio de los peces encontrarás paz.

Respira y disfruta de la belleza de lo diferente. Encuentra en ellos honestidad. Extiende tus manos liberadas en el aire y abraza un nuevo destino. Sigue a los peces en el aire; ellos te dibujarán el camino.

Y mientras caminas, suspira con calma y limpia el alma de cada grito prisionero, bosquejo de esos sentimientos guardados en blanco y negro. Porque el sueño de un cielo azul puede ser real, con peces en el aire, lejos del vértigo de caer una vez más.

Texto: Andrés Miles © All rights reserved