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jueves, 23 de agosto de 2012

Pequeñas Maravillas


♩ ♪ ♫ ♬

Déjalo ir, déjalo caer de tu hombro
¿No lo sabes?. La parte mas difícil ha terminado
Déjalo entrar, deja que tu claridad te defina
Al final, solo recordaras como se siente

Nuestras vidas fueron hechas en estas pequeñas horas
Estas pequeñas maravillas estas idas y vueltas del destino
El tiempo se desvanece, pero estas pequeñas horas
Estas pequeñas horas permanecen

Déjalo deslizarse, deja tus problemas atrás 
Déjalo brillar hasta que lo sientas todo a tu alrededor 
Y no me importa si soy yo 
Tienes que dar la vuelta
Retornaremos
Es el corazón el que realmente importa al final

Nuestras vidas fueron hechas en estas pequeñas horas
Estas pequeñas maravillas, estas idas y vueltas de destino
El tiempo se desvanece, pero estas pequeñas horas
Estas pequeñas horas permanecen

Todo mi pesar lo sacare de algún modo
Pero no puedo olvidar la manera en que me siento en este momento

En estas pequeñas horas, estas pequeñas maravillas
Estas idas y vueltas de destino
Estas idas y vueltas de destino
El tiempo desaparece pero estas pequeñas horas
estas pequeñas horas permanecen
permanecen
Estas pequeñas maravillas, estas idas y vueltas de destino
El tiempo desaparece, pero estas pequeñas horas
Estas pequeñas maravillas permanecen












Canción: Pequeñas Maravillas
Traducción: Andrés Miles 
© All rights reserved

lunes, 6 de agosto de 2012

Día 6. Por ti recibiría una bala.

Te fuiste demasiado pronto.
Te llevaste tu amor demasiado rápido.
Me empujaste lejos.
No creíste.
No luchaste.
Me abandonaste.


Hubiese dado mi vida
por salvar nuestra historia,
por sanar nuestro amor.
Por defenderte,
hubiese recibido una bala,
bala tras bala,
hasta perder la razón.
Y me habría puesto de pie, una y otra vez,
para ocupar tu lugar y protegerte.
Aunque tuviese que sangrar,
haría mía tu agresión y tus heridas.

Por salvar nuestra historia,
hubiese dado la vida.
Incluso en el borde, y de rodillas,
me hubiese puesto de pie,
erguido, para cargar tu mochila.
Gastaría mi voz
y cantaría para dormir esos demonios
que te reprochan, te detienen, te castigan.

Hubiese recibido cada bala sin pensarlo dos veces,
porque mi corazón herido sigue siendo fuerte.
No sabe de rencores.

Por sanar nuestro amor,
por ti lo hubiese hecho mil veces.
Nadie dijo que sería fácil,
pero sé que, al final,
hubiese valido la pena.



Texto: Andrés Miles © All rights reserved