Cierras la puerta,
y no lo puedes evitar.
Sigues ahí detrás...
porque esto te gusta.
Y si te equivocas,
te aferras aún más.
Le temes a mis latidos,
pero morirías
sin mi corazón,
sin su sonido.
Porque si yo no estoy,
te devora el silencio.
Tus noches son eternas,
te consume la soledad,
olvidas la manera de amar.
Texto: Andrés Miles © All rights reserved