Voy silbando a su alrededor
Ahora que él duerme
Mientras su silbido adyacente
Como un afable llamado
Que se torna desesperado
Susurra en mi mente
Después de haber ensuciado sus manos
Después de haber cavado su propia tumba
Voy silbando a su lado
Como una luz que no se desvanece
Y él
Con los ojos cerrados por siempre
Con los ojos cerrados por siempre
Para siempre...
No lo conocí en lo absoluto, pero voy silbando por su tumba, con pétalos de flores blancas en las manos, para llevárselos... A NADIE.
Texto: Andrés Miles © All rights reserved
English Version: The Whistle